lunes, 2 de noviembre de 2015

Llevan esperanza a los chicos por medio de la música

El reloj marca las cuatro de la tarde y en el Hospital de Niños Pedro de Elizalde se percibe el movimiento constante de médicos, enfermeras, padres y chicos. Como todos los martes a la misma hora, llega Héctor Kohan, director y docente de teatro. Nunca falta a la cita; no hay lluvia, feriado ni paro que lo detengan para compartir su tiempo y su talento con quienes atraviesan situaciones difíciles.
Con Roberto Bascoy, otro voluntario, suben al tercer piso, donde están las salas de internación. Desaparecen del hall por unos minutos. Cuando vuelven, cuesta reconocerlos: sombrero negro, chaleco, camisa y pantalón de vestir. Los tangueros ya están listos para hacer lo que más disfrutan: cantar y bailar tango para alegrar a los familiares de los chicos que están internados. Como dice Roberto, "el tango es un sentimiento que se baila" y ellos están a punto de demostrarlo."Damos ánimo, somos animadores -dice Héctor-. Creemos que el familiar es muy importante en la curación del niño en tratamiento y es fundamental que se sienta bien y esté fortalecido. Por eso, en 2010 creamos Tangoxellos. Cuando se enferma un chico, toda la familia se altera, por eso queremos ayudar."
Los voluntarios de Tangoxellos llegan a la primera habitación. Antes de entrar, miran a través del círculo vidriado de la puerta para percibir el clima del lugar y decidir si es conveniente ingresar en ese momento. Si la respuesta es positiva, dan un paso al frente. Conversan con los familiares y crean un ambiente distendido: grandes y chicos se olvidan por un rato de los problemas de salud que los llevó hasta ahí. playlist.

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